Esta
idea sugiere que el ser humano se encuentra en un camino unidireccional hacia
el perfeccionamiento y la felicidad. La siguiente cita expone la visión sobre
el progreso, del historiador y filósofo irlandés Jhon Bury: "La idea del
Progreso humano es, pues, una teoría que contiene una síntesis del pasado y una
previsión del futuro. Se basa en una interpretación de la historia que
considera al hombre caminando lentamente en una dirección definida y deseable e
infiero que este progreso continuará indefinidamente. (...) El progreso humano
pertenece a la misma categoría de ideas que la Providencia o la inmortalidad
personal. Es una idea verdadera o falsa y, a semejanza de aquellas otras, no
puede probarse su verdad o falsedad. Creer en ella exige un acto de fe.(Bury,J.1920.
la idea del progreso).
Esta definición nos lleva a las siguientes conclusiones:
-Que se llegará algún día a alcanzar una condición de felicidad general, pues hacia allá nos dirigimos con el progreso
-
Es propio de la naturaleza psíquica y social del hombre alcanzar esta
condición, y no merced de voluntades externas, pues en este caso la idea de
Progreso equivaldría a la Providencia.
-La
humanidad debe tener tiempo suficiente para desarrollar los mecanismo
necesarios para alcanzar tal resulto,
-El
capitalismo es el mecanismo para el hombre burgués-liberal y el socialismo lo
es para el proletariado /comunismo
En el siglo XIX hasta el principios del siglo XX, el progreso indefinido caló hondo en la mentalidad del occidental, y esta se vio sustentada en los procesos de cambio que afectaron a la sociedad dominada económicamente por la burguesía. La industrialización y su rápida expansión fue una de sus manifestaciones, la industrialización de la economía se pudo llevar a cabo gracias al desarrollo que produjo la ciencia y la tecnología, además el aumento de la población llevó al crecimiento del consumo en las atestadas ciudades, todo esto creó una sensación de optimismo y bienestar sobre todo en el sector que más se beneficiaba: La burguesía.
Este grupo sentía admiración por los avances de la ciencia y la tecnología. Los adelantos tecnológicos y los nuevos descubrimientos científicos elevaban en un podio al uso de la razón, y de que solo ésta, la razón, podía ser capaz de llevar a los seres humanos más cerca de la verdad y la felicidad, además de dominar a la naturaleza para su beneficio y resolver los múltiples problemas que aquejaban a la especia. En fin con la razón como principal guía se caminaba siempre hacia la perfección.
La fe en el progreso les hacía ver que el camino de la historia de los seres humanos era siempre un camino lineal y ascendente, el futuro entonces sería siempre mejor que el pasado gracias a esto. Así pues entonces para la idea del progreso indefinido no todo tiempo pasado fue mejor si no que este estaba por llegar.. En estos tiempos se afianzó la idea de estar yendo de un pasado repleto de perjuicios y desgracias hacia un presente y futuro civilizado.
Pero poco a poco se pondrían de manifiesto algunas contradicciones, como el hecho de que los beneficios de este progreso no fueron iguales para todos los grupos sociales. Por último la Primera Guerra Mundial hizo surgir entre artistas y pensadores de que este progreso y su manera de interpretar la realidad y al ser humano desde la razón en verdad eran la causa de que surgieran tantas atrocidades para la humanidad. Como bien es sabido el sigo XX es conocido por ser el siglo más sangriento de la historia.
Hoy en día en este siglo XXI lo que más preocupa a científicos, artistas, autoridades y al hombre común es la destrucción de la naturaleza o en últimos términos, la destrucción de nuestro propio hogar. Para terminar les dejo aquí un vídeo que retrata aquello.
Por Sergio Chilet - profesor de historia y geografía - diplomado en gestión del patrimonio cultural.