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domingo, 26 de septiembre de 2021

La historia, vehículo del espíritu humano

 

 


 

La historia es el logos unido a la voluntad del hombre ante sus semejantes en conciencia del devenir del tiempo, pero traído por el estudio del historiador. Expliquémonos: la historia es hecha solo por los hombres, y esto pues porque posee las herramientas dadas por la naturaleza: a decir la herramienta de la razón que el hombre utiliza para explicar el mundo.

 

Este logos propio del hombre que se manifiesta en el momento en el que el hombre ejerce su libertad trae como consecuencia la construcción de su mundo histórico. En este mundo histórico el hombre crea sociabilidad, pues por la necesidad de poseer un lugar seguro donde pueda satisfacer sus necesidades biológicas; y por eso mismo utiliza activamente su logos: como ejemplo se podría hablar de la agricultura y lo que representó: la sedentarización del hombre y la posterior creación de una civilización o sociedad más avanzada que la tribal.

 

Por tanto la historia del hombre se compone de estos tres elementos: libertad, sociabilidad, temporalidad: estando el logos  presente en cada una. A esto último diremos que el logos es principio de todo lo que hay de humano en el hombre. Pues el Hombre hace historia porque tiene logos, este Logos se materializa en una civilización, Logos unido a la voluntad nos da la libertad, el Logos unido a otro nos da el dialogo: la sociabilidad, el Logos unido a la conciencia del tiempo nos da temporalidad; por esto el hombre hace historia: porque tiene logos. Y por eso pertenece plenamente al mundo histórico.

 

Hasta aquí hemos dado una definición de lo que entendemos por historia, y hemos hablado del sujeto de la historia: el hombre o persona humana, pero además hemos adoptado por ahora una perspectiva epistemológica (epistemología de la historia) pero también trataremos el problema del devenir histórico a decir que hablaremos de la filosofía de la historia o que abordemos las preguntas:¿para qué estamos aquí? ¿Qué meta tiene la humanidad? ¿Adónde iremos, de dónde venimos y para qué?

 

Al decir que hemos adoptado una perspectiva epistemológica, nos referimos al conocimiento del pasado humano, pues en nuestra definición dijimos que la historia del hombre es traído por el estudio del historiador que accede a ella a través de los documentos, por eso mismo agregamos que la historia es un conocimiento mediato.

 

Ya completada y explicada muestra definición de historia, tratemos a modo introductorio el  título de este ensayo: La historia, vehículo del espíritu humano. 

 

Primero: efectuaremos una síntesis de la visión de la historia y la que entrega la modernidad: por tanto revisaremos el concepto de tiempo, y la visiones de la misma y nos apoyaremos en las que nos parezca más acorde con nuestras ideas, pero como dijimos hablaremos también del devenir histórico, por tanto trataremos temas como el progreso y meta de la historia utilizando a los autores pertinentes. San Agustín de Hipona, Kant, Nikolai Berdiaev.

Segundo: la historia como vehículo del espíritu humano será tratada desde una perspectiva filosófica. Pues una vez analizado este título, nos adentraremos a la meta de la historia del hombre, a decir la meta del hombre. Entonces prosigamos en el desarrollo de este ensayo.

 

Ahora bien, analicemos el tiempo cíclico y los diferentes representantes de esta visión: El poeta Hesíodo en su obra magna “los trabajos y los días” se refiere a las  cinco edades del hombre: edad de oro, plata, bronce, de los semidioses, y edad de hierro que es la edad donde él vive. Uno de los versos de la obra clama así: ¡ojalá no me tocara vivir a mi vez entre los hombres de la quinta raza! ¡o muerto antes, o nacido después! Pues ahora es la raza de hierro. De esto los estudiosos como yo infieren que el tiempo para el poeta es cíclico pues sabe que vendrá de nuevo una edad de oro una vez acabada la de bronce. También  el historiador griego Polibio en su historia universal capítulo III “origen de las sociedades, y especialmente de las monarquías y de los reinos”: Llega a la conclusión de que la constitución romana es exitosa debido a que es una mezcla de reglas y normas propias de los romanos y de otros países helenísticos. O sea es un gobierno eclíptico, tomando lo mejor de cada uno, pero lo que nos interesa es lo que dice con respecto al gobierno, pues afirma según sus estudios que los  gobiernos tienen un historia cíclica o que se repiten.

 

Esquema cíclico de gobierno según Polibio:


 


Monarquía


                                   Tiranía                             


República


                                  Aristocracia


Oligarquía


                                     Fin 


Para Polibio la aparición de gobiernos en la historia es pendular, va de un extremo a otro hasta que en cierto punto de ebullición hay un fin y según él se vuelve al comienzo.

 

Oswaldo Splengler presentaba la historia universal como un conjunto de culturas (Antigua o Apolínea, Egipcia, India, Babilónica, China, Mágica, Occidental o Fáustica) que se desarrollaban independientemente unas de otras –como cuerpos individuales- pasando a través de un ciclo vital compuesto por cuatro etapas: Juventud, Crecimiento, Florecimiento y Decadencia, como el ciclo vital de un ser vivo, que tiene un comienzo y un fin determinados. Además, cada una de las etapas que conformaban el ciclo vital de una cultura presentaba, según el esquema spengleriano, una serie de rasgos distintivos que se manifestaban en todas las culturas por igual enmarcando los acontecimientos particulares. Con base en este esquema y aplicando un método que él llamó la “morfología comparativa de las culturas”, Spengler proclamó que la cultura Occidental se encontraba en su etapa final, es decir, la decadencia y afirmó que era posible predecir los hechos por venir en la historia del occidente. También aquí vemos una visión cíclica de la historia.

 



La primera guerra mundial significo para el autor uno de las tragedias más grandes de la cultura occidental. Donde la ciencia estuvo al servicio de la guerra: ametralladoras y gases venenosos y cañones.

 

Ahora veamos el tiempo según San Agustín: El santo en el capítulo 13: el retorno de los siglos, defendido por algunos filósofos: las cosas, después de completar un ciclo secular determinado, volverá existir de la misma forma y en el mismo orden. Refuta esta afirmación dando un argumento religioso. La Refutación del eterno retorno de san Agustín se apoya sobre todo en su fe: a decir la inmortalidad del alma y la resurrección, al decir que la muerte y resurrección de Cristo se dio solo una vez y la muerte ya no tiene dominio sobre él. Y nosotros también después de la resurrección estaremos en esa condición o sea no habrá muerte por tanto no habrá tiempo sino eternidad al lado del Señor Jesucristo. Además añade el amor como la respuesta para la vida y para llegar al amor de Dios o sea para poder ser seres definidos que logren encontrar la plenitud de la existencia y su capacidad antes de estar ante Dios. Por tanto el santo habla de un tiempo lineal. Y cuyo fin último es pues la eternidad o salvación del alma inmortal ante un dios eterno.

 

En qué consiste la visión lineal de cristianismo:

 


                                                 Salvación (Dios)

 

                   Progreso (transcurre)

Vida

(cristiana)

 

El cristianismo y su visión lineal del tiempo fueron importantes para la idea del progreso en occidente, pero la idea del tiempo de san Agustín nos dice que esta es una manifestación o entidad del alma que transcurre siempre hacia Dios (salvación)

 

Esto último es importante para nosotros, y es la concepción de tiempo utilizada en este ensayo, pues al igual que en esta visión cristiana,  la historia o vida del hombre tiene una meta. Por tanto decimos que existe la historia como medio para alcanzar dicha meta o el fin último del hombre, a decir la historia es un vehículo que el espíritu humano utiliza para lograr dicho fin, expliquémonos con un ejemplo, Aristóteles afirma que el hombre es sociable por naturaleza, esto significa que el estado (creación del hombre) también es natural o una creación natural y como en Aristóteles todo tiene un fin, el fin del estado, que se basta por sí mismo, es el fin último del hombre o sea la felicidad. De esto se entiende que el fin último del hombre solo puede ser alcanzado dentro de la polis o del estado donde el hombre pone de manifiesto sus capacidades creativas, intelectuales y morales o sea su virtud que vendría siendo su felicidad. Pero para nosotros ese fin, siendo ideal en la vida terrena, no es el fin último del hombre: la felicidad en la tierra, sino al igual que en el cristianismo es la salvación o felicidad y plenitud del espíritu en la eternidad. Sin embargo para eso debidamente debe ser alcanzado el fin último terrenal que manifiesta Aristóteles.

 

Otro ejemplo para más claridad. Platón en su obra el Fedón hace hablar a su maestro Sócrates en un dialogo fascinante sobre la vida y la muerte y lo que sucede con el alma después de dicho proceso. En un pasaje afirma Platón en boca de Sócrates que: el alma es lo más semejante o lo divino, inmortal, inteligible, uniforme, indisoluble, mientras que el cuerpo es todo lo contrario o sea, mortal, multiforme, irracional, soluble. Además en la obra se afirma que una vez muerto el cuerpo el alma permanece inmortal se aleja salvo e indestructible, pero Sócrates también dice en el dialogo que solo los que estuvieron filosofando rectamente alcanzan este fin del alma mientras los de los malos o que recibieron mala crianza quedan ligadas a su cuerpo y vuelven hacer lo que eran en su vida anterior.  Por eso el ideal de vida para el autor era la contemplación, (igual que Aristóteles)  para evitar tener que vivir una y otra vez la repetición de las almas una vida con enfermedad o sea con cuerpo. Por tanto se podría decir que abarca tanto una visión cíclica como lineal, pero lo ideal es pues esta última.

 

Esquema:

 

Vida  (contemplación)   

 


         muerte               

 


 alma inmortal

 

 

Vida (mala crianza)

 


muerte

 

repetición de las almas

 


 vida

 

 

Ahora cómo es posible que la historia para nosotros tenga esa utilidad, al igual como la polis griega, que nos ayude alcanzar ese fin último del hombre o felicidad eterna del espíritu humano: nuestra idea es bastante sencilla. La historia como conocimiento del los actos humanos a través del tiempo, que es traído por el historiador debe ser tan útil para la sociedad como lo es la economía, o la ingeniera; (que basándose en sus errores construye mejores edificios para resistir los terremotos) cómo es esto, una frase de Marco Tulio Cicerón nos podría ayudar: “los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla” en esto consiste pues la utilidad de la historia y su ayuda para lograr el fin último y superior de la sociedad humana. Es pues entonces el historiador y el filósofo el encargado de mantener al hombre (conductor de este vehículo) al margen de su errores y a la vez los que proporcionan el camino a seguir (al igual que Aristóteles) para alcanzar dicho fin libre de errores. Tan el historiador como el filósofo son los encargados de proporcionar los conocimientos históricos para ayudarnos en la construcción del presente de dicho fin, hasta aquí hemos explicado como la historia es vehículo del espíritu humano para alcanzar o ayudarlo alcanzar su fin último y evitar repetir la misma historia con los mismo errores como lo quiere la visión del tiempo cíclico.

 

Kant en su “idea de una historia universal en sentido cosmopolita” donde al igual que nosotros a pesar de que los actos irracionales del hombre no le muestran un plan acordado para la historia humana busca los factores o principios necesarios para alcanzar dicho plan, en su noveno principio donde formula: “un ensayo filosófico que trate de construir la historia universal con arreglo a un plan de la Naturaleza que tiende a la asociación ciudadana completa de la especie humana, no solo debemos considerarlo como posible, sino que es menester también que lo pensemos en su efecto propulsor” para los efectos de este ensayo este principio es pues un soporte ya que la historia es uno o más importante conocimientos para lograr ese posibilidad que en nuestro caso sería el fin eterno, pero a la vez la historia sirve como propulsor, pues cada hombre ciudadano si conoce la historia está consciente de su fin último terrena (felicidad) y fin último eterno (felicidad espiritual)

 

La plena asociación civil es la meta de la historia de la humanidad en Kant. Esta es la tarea más difícil del género humano, a cuya solución le obliga la naturaleza, la construcción de una sociedad civil, regulada por el derecho. Para el objetivo de este ensayo, al igual como hicimos con Aristóteles, tomamos esta idea como necesario para llegar al fin último del hombre: la felicidad del espíritu humana en la eternidad.

 

Ahora las ideas de escritor Berdiaev que tiene en su sentido de la historia cap 10: “teoría del progreso y fin de la historia” no son útiles para perfilar este último fin eterno. En este sentido al igual que él, la sociedad del presente en este estudio no es un eslabón o simple escalón de la cadena para alcanzar dicho fin último, sino más un constante hacer en el presente, pero solo con la historia como medio para su hacer, esto es el pasado. Lo que quiero decir es que la sociedad actual como las del pasado siempre han buscado este fin último espiritual y no solo material, a decir no solo la religión del progreso a germinado en ella, sino la necesidad presente de transcendencia y ejemplos de estos hay de sobra en el arte y pensamientos filosóficos, religiosos, políticos de diferentes culturas, cuya amplitud y complejidad da para un escrito más amplio que un ensayo de 5 páginas. (Todas las sociedades humanas tienen una relación con el absoluto: Leopold von Ranke)

 

En la historia, a pesar de lo por mi dicho, Berdiaev afirma que no se da una progresión constante de la felicidad humana sino más bien una manifestación trágica y progresiva de los principios interiores del ser: bipolaridad, bien y mal. Sin embargo al igual que Berdiaev, afirmo que esta contradicción es necesaria para alcanzar nuestro fin, es la prueba a superar, y como él es igualmente necesario su manifestación y clarificación, hacerlo consiente.

 

Muestra esperanza es la misma que la que plantea Berdiaev: vencer la naturaleza corrompida del tiempo, para poder encontrar un sentido a la historia universal. En definitiva el sentido o destino de la historia humana final se encuentra fuera del tiempo terrenal, o fuera del tiempo del alma encarnada, sino más bien ese destino se encuentra en la eternidad, más allá de los confines de la historia, y no en la tiempo donde la idea del progreso material busca esa fin último, o la sociedad capitalista o la comunista según Marx, o la ideas utópicas del paraíso en la tierra.

 

En conclusión, la historia es una creación del hombre (filosofía de la historia) pero solo puede ser traído del pasado por el historiador, y al poseer la construcción de la historia los componentes de la libertad del hombre de la sociabilidad y temporalidad, también es una creación en función del logos, sin logos no es posible la historia, y sin historiador no es posible esta historia conocible e interpretativa, para que cumpla su función de vehículo del espíritu humano hacia los fines señalados. En esta filosofía de la historia pues señalamos que al igual que San Agustin la creación o sociedad humana debe buscar el regreso al eterno del cual su alma es parte, pero a la vez tiene que superar esta encarnación del alma, el problema fundamental de la historia: el tiempo.

 

Ahora nuestra historia como vehículo es pues diferente a la idea de progreso material que presupone la felicidad del hombre, pero a la vez  mi historia como vehículo toma este “progreso material” como necesario para alcanzar el fin o meta ultima del hombre en la felicidad eterna del espíritu humano, o sea hay una consolidación, y sobre todo es reciproco, porque para lograr lo segundo hay que lograr lo primero. No se puede alcanzar el fin último, si las sociedades humanas viven en la profunda contradicción y pobreza material y espiritual. Un ejemplo de lo que estoy hablando se puede notar en el hambre y sufrimiento de muchas existencias y en la felicidad material y abundancia de unos pocos. Pues como requisito indispensable para alcanzar este fin último como especie, es necesario acabar con las injusticas de nuestra imperfección antes de alcanzar dicho fin eterno. Solo así acabando con estos errores y males, la sociedad  iniciará el primer paso hacia el fin último, para eso nos es tan útil la historia como las demás ciencias para alcanzar más que un progreso material una evolución espiritual de nuestra condición única de sujeto histórico.


 Por Sergio Chilet - profesor de historia y geografía - diplomado en gestión del patrimonio cultural. diplomado en filosofía.


Bibliografía

 

San Agustín: ciudad de dios libro 12 capitulo XII

 

Hesíodo: los trabajos y los días

 

Polibio: historia universal extracto capítulo III

 

Platón, el fedon

 

Berdiaev: el sentido de la historia cap 10: la teoría del progreso y el fin de la historia

 

Arsitoteles: la política

 

Kant: la idea de una historia universal en sentido cosmopolita 1784

 

Oswaldo Splengler: la decadencia de occidente




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