Decálogo del artista
Que implica
ser artista, Gabriela mistral lo define
en su decálogo del artista en una serie de diez sentencias que analizaremos uno
por uno. Este análisis pretende ser muy personal y en cierta forma objetivo en relación
a las palabras de los versos.
I. Amarás la belleza, que es la sombra de Dios sobre el Universo.
La belleza, es un concepto que se define como la
cualidad que una persona animal o cosa capaz de provocar placer sensorial,
intelectual o espiritual. Así pues decimos que algo es bello sin guarda en su
conjunto características que pueden
provocar placer. La belleza primero es material y después si se quiere divina.
II. No hay arte ateo. Aunque no ames al
Creador, lo afirmarás creando a su semejanza.
Se dice que un bate es un pequeño dios, así
el músico y el poeta, o el dramaturgo son pues dioses de sus mundo, puede ser un ateo un gran escritor de mundos fantásticos
y dentro de su creación concebir un ateo que no crea en su creador que es el
mismo.
III. No darás la belleza como cebo para los
sentidos, sino como el natural alimento del alma.
Un artista mucha veces esta
carente de inspiración, pero la inspiración no es más que un pequeño impulso
que solo su capacidad de trabajo y estudio hacen del artista un gran artista. Cuando
no hay inspiración en el artista este lo busca en las obras de otros artistas así
pues alimenta su alma, que una vez bien nutrido dará como fruto sus propias
obras.
IV. No te será pretexto para la lujuria ni para
la vanidad, sino ejercicio divino.
Muchas veces cuando se está en proceso de creación
de una obra artista. Para el artista ese momento parece un instante bellamente
eterno, repleta de satisfacción y felicidad. Y es así que muchas veces se le confía
y se le agradece a la musa divida el fructífero trabajo.
V. No la buscarás en las ferias ni llevarás tu
obra a ellas, porque la Belleza es virgen, y la que está en las ferias no es
Ella.
Nada más bello que ver
tu obra terminada. Igualmente nada más bello que una isla virgen que al momento
de dejar de serlo se llena de los desperdicios de los visitantes. Cuando un
artista ha terminado su obra, le parece hermoso su esfuerzo, aún así una vez
compartido con el mundo, este no puede evitar ensuciarlo con su juicio.
VI. Subirá de tu corazón a tu canto y te habrá
purificado a ti el primero.
VII. Tu belleza se llamará también
misericordia, y consolará el corazón de los hombres.
VIII. Darás tu obra como se da un hijo:
restando sangre de tu corazón.
IX. No te será la belleza opio adormecedor,
sino vino generoso que te encienda para la acción, pues si dejas de ser hombre
o mujer, dejarás de ser artista.
X. De toda creación saldrás con vergüenza,
porque fue inferior a tu sueño, e inferior a ese sueño maravilloso de Dios, que
es la Naturaleza.