(…) Gilgamesh, ¿por qué deambulas de un lado a otro? No conseguirás la vida que persigues. Cuando los dioses crearon la humanidad decidieron que su destino era morir y reservaron la vida (eterna) para sí mismos. Tú, Gilgamesh, llénate el vientre, disfruta de día y de noche. Celebra cada día una alegre fiesta, baila y juega día y noche. Ponte vestidos flamantes, lávate la cabeza y báñate. Atiende al niño que te acoge de la mano y alégrate, alégrate abrazando a tu mujer, ya que este es el destino del hombre.
- Ur-Napishtim a Gilgamesh - Epopeya de Gilgamesh
El Poema de Gilgamesh[1],
una de las primeras más grandes obras literarias creadas por la humanidad “El Poema de Gilgamesh es quizá el más
típico ejemplo literario de la mentalidad sumero-acadia, persuadida de la
validez de su propia civilización, conseguida a fuerza de duro trabajo y en
agudo contraste con la primitiva existencia de las gentes que poblaron
Mesopotamia. Uno de los temas capitales, manifestado ya al comienzo del Poema que nos va a ocupar, se centra
en describirnos la gravitación mutua de sus dos personajes más relevantes,
Gilgamesh y Enkidu, en un proceso de recíproco acercamiento entre civilización
y barbarie -venían a ser sus prototipos- y que para tales personajes iba a significar
una amistad indestructible.”[2]
La epopeya de Gilgamesh corresponde a un relato
mítico, propio de su época, el cual cuenta la lucha de Gilgamesh por obtener la
inmortalidad.
Gilgamesh
era un soberano de Uruk en la antigua Mesopotamia, era reconocido por su pueblo
por ser un tirano y se atribuía ciertos rasgos, propios de los dioses, (decía ser
medio o 2/3 divino,) era a la vez fuerte e inteligente. Cierto día los
habitantes de su reino se quejaron con su dios Anu por la actitud de Gilgamesh
y este y los demás los dioses decidieron castigarlo.
Ahora
bien los dioses acordaron crear una copia de Gilgamesh: este era Enkidu, era un
hombre salvaje que vivía y se complacía con los animales en la naturaleza.
Gilgamesh se enteró de él y decidió enviar una prostituta sagrada para Enkidu.
Esta satisfació los deseos del salvaje, noche y día; ya bien pasado algunos
días Enkidu sintió que su inteligencia despertaba, la prostituta le enseñó todo
lo que tiene que ver con la vida civilizada, lo vistió y lo llevó a la ciudad
de Uruk.
Ya
en la ciudad, Enkidu se entero de la tiranía de Gilgamesh y decidió enfrentarlo;
Gilgamesh reconoció la valentía de Enkidu y se hicieron amigos. Con la amistad
resuelta y practicada decidieron hacer algo valeroso por el pueblo y fueron a
la caza de la bestia Humbaba y tras largos días de dieron muerte.
Así
pues al volver a la ciudad ya victoriosos, la diosa Ishtar deseo con su típica
lujuria al héroe Gilgamesh, éste la
rechazó, dando argumentos…[3] ella
por este acto de rechazo decidió castigarlo enviando a un Toro del cielo, pero
fue muerto rápidamente por los héroes.
La
diosa lujuriosa, esta vez más enojada, fue ante los dioses a quejarse y estos
resolvieron dar muerte a Enkidu como castigo a Gilgamesh por haber matado al
guardián del bosque de cedro morada de los dioses divinos en la tierra: Humbaba;
y al toro del cielo. Gilgamesh al ver la muerte de su querido amigo, se puso en
marcha en busca de la inmortalidad pues la angustia de la muerte había nacido
en él. Pero primeramente ante la pena, el héroe tomó un camino errado y se
volvió de lo civilizado a lo salvaje.
Ahora
bien el héroe se enteró de un hombre del diluvio universal que además era su
pariente y al que se le había otorgado la inmortalidad[4] y fue
en busca de él para preguntarle como obtuvo la inmortalidad. Cuando le encontró
él le dijo que la inmortalidad no era don de los hombres, sino la muerte;
aceptando esto tristemente se puso en marcha de vuelta a Uruk, pero el hombre
del diluvio decidió decirle un secreto para que no volviera con las manos
vacías y le hablo sobre una flor que rejuvenecía a los humanos. Gilgamesh
encontró dicha flor pero quiso el SINO que una serpiente se lo arrebatara.
Esta
aventura de Gilgamesh y de su amigo Enkidu narrada en esta mitología explica el
concepto griego de HYBRIS: que quiere decir mesura o traspasar los límites
humanos que son el imposible de la inmortalidad perteneciente solo a los dioses
y el inconsciente de la muerte que es propio de los animales. Esta hybris, sin
embargo, da a los héroes la eternidad de sus hazañas y sus nombres, triunfando
así sobre la muerte en historias que se escriben y cuentan.
Este
relato lo podemos relacionar con la vida en civilización de la antigua
Mesopotamia, pues según él, el hombre pertenece a la cultura, pues tiene logos y
no puede culpar a esta de su
mortalidad, por eso el hombre se establece en tierras fértiles y se aleja de
los salvaje o mundo natural, pues por su logos pertenece ahora al mundo
histórico, donde hace cosas y también le
pasan cosas o hechos. Es por eso que construye ciudades y vive en comunidad
haciendo cultura: civilización, este
acercamiento a la cultura y el civilizarse le permite tener una organización
política y religiosas con ordenes establecidos en este caso el reino de
Gilgamesh y el orden y obediencia del pueblo a él y sus dioses[5].
Concluimos
del resumen de este poema que el hombre condenado a la muerte, a pesar de la
angustia que le causa ella, decide seguir su hybris y utilizar lo mejor posible
su logos para explicar el mundo y dominarlo, por eso el hombre se organiza de
forma política y es por eso que es un zoom politikón. Afirma aristoteles que el ciudadano que no habita dentro de los límites
humanos “o es una bestia bruta o es un dios”[6]
Del
poema podemos ver la Historia Realidad, en este caso sería el pueblo sumerio que
se organiza y tiene relaciones sociales, económicas, políticas, y el mismo
hecho de la existencia de un rey que gobierna, esto sería entonces historia
realidad, más que de un hecho histórico preciso o de un personaje yo tomo a un
pueblo que crea una civilización y cultura en la ciudad de Uruk cuyas ruinas
persisten hasta nuestros días, y que además son las primeras ruinas urbanas de
la historia del hombre, pues el fenómeno de la urbanización, nació en la
antigua Mesopotamia. (Sanmartín, J., Serrano, J. M. - Historia Antigua del
Próximo Oriente. Mesopotamia y Egipto, Akal 1998 cap I.) Nada en la ciudad es
natural, excepto los arboles, sino más bien creación del hombre, es el producto
de uno de los aspectos que hace al hombre ser humano, por eso decimos que el
hombre PERTENECE PLENAMENTE AL MUNDO HISTÓRICO.
Historia
Conocimiento sería el poema en si o el resumen planteado y las fuentes pues
este poema-mito data del tercer milenio antes de Cristo y fue traída a la
actualidad por arqueólogos e historiadores a través de las fuentes encontradas
como una tablilla sobre el diluvio de la epopeya de Gilgamesh.
La Istoria,
vendría siendo la investigación por nosotros hecha de este mito para afianzar
mi tesis de ensayo.
En
cuanto a la afirmación de Ortega y Gasset: “El hombre no es cosa ninguna, sino
drama”, lo podemos notar claramente en
el drama humano ante el misterio de la vida y la muerte sufrida por Gilgamesh y
Enkidu, donde el hombre está en plena actividad creando y siendo modelado por
su sino y destino.[7]
En el
Mundo Histórico que se define como contingente, singular, único e impredecible
lo notamos en el acto de robo por parte de la serpiente de la flor de juventud
a Gilgamesh y los mismos actos de los protagonistas.
El Mundo
Natural donde existe leyes universales y necesarias está representada
claramente en la vida salvaje que llevo Enkidu durante sus primeros días, donde
su cuerpo e instintos y falta de logos le hacía ignorante de la muerte y de la
civilización, existiendo solo como lo demás animales que siguen el proceso de
nacimiento, desarrollo, procreación y muerte.
La Libertad
se hace presente a cada instante en los actos llevados por los héroes y también
los limites de ésta en el deseo de poder querer pero de no poder hacer en este
caso el deseo de inmortalidad de Gilgamesh.
La
Temporalidad también se hace presente con la conciencia de que la vida se acaba
y el devenir de la muerte.
La
Sociabilidad se da como un hecho natural y está implícito y se muestra en la
civilización y la necesidad de vivir en sociedad, o en otros: para
ejemplificar, unos versos de Octavio Paz: “Para
que pueda ser he de ser otro, salir de mí, buscarme entre los otros, los otros
que no son si yo no existo, los otros que me dan plena existencia” concepto
del que también habla Lucas en el capítulo VIII la intersubjetividad, donde
afirma que “todo hombre es uno,
individual, intransferible; sin embargo hay en el hombre un profundo afán de
convivencia con los demás”[8]
Como
hemos dicho: a) Es impensable estudiar al hombre y sus actos como la creación
de una civilización, si se prescinde de su origen natural[9]
geográfico al cual en algún momento perteneció plenamente, así como el león hoy
en día. b) El hombre como ser racional pertenece plenamente al mundo histórico,
pero también al mundo metafísico por la
necesidad que le da su racionalidad de la existencia de un espíritu
transcendente. De ahí que podemos decir que el hombre es un ser naturalmente
metafísico.
A esto último diremos que el logos es
principio de todo lo que hay de humano en el hombre. Pues el Hombre hace
historia porque tiene logos, este Logos se materializa en una civilización, Logos
unido a la voluntad nos da la libertad, el Logo unido a otro nos da el dialogo:
la sociabilidad, el Logos unido a la conciencia del tiempo nos da temporalidad;
por esto el hombre hace historia: porque tiene logos. Y por eso pertenece
plenamente al mundo histórico, cuyos actos son conservado por la historia
con h minúscula y la historia con H mayúscula, esto último se nota claramente en
el relato donde: “un hombre no puede
alcanzar la inmortalidad, pero sí podía alcanzar la gloria, si sabía acordar
sus posibilidades a hechos lógicos, a obras totalmente perfectas, bien realizadas,
tomando la escala humana como módulo orientativo. Aquel fue el único mérito de
Gilgamesh, héroe que al final del relato se halla totalmente resignado: el
haber sabido construir las soberbias murallas de Uruk, que, orgulloso y en
calidad de rey de la ciudad, le había mostrado al barquero Urshanabi a su
regreso a su patria, tras haber fracasado en su empeño de convivir eternamente
con los dioses”.[10]
[1] Para un mayor
conocimiento de este poema consultar H. Blixen, El Cantar de Gilgamesh,
Montevideo, 1980.
[2] POEMA DE GILGAMESH: UN VIAJE FALLIDO A LA INMORTALIDAD
Federico Lara Peinado pg 1.
[3] La diosa
ISHTARA era la diosa del amor y la sexualidad, Gilgamesh la rechaza por que
muchos héroes han caído en desgracia después de haber estado en su lecho.
[4] como regalo por haber
sobrevivido a la catástrofe y haber salvado a la raza humana de la extinción
[5] Vemos lo impórtate que son los dioses, pudiendo haber
el pueblo haber intentado sacarlo de su trono por medio de intriga propias de
este tipo de gobierno, pero recurrieron a sus dioses para que los ayudara.
[6] David Cifuentes citando a Aristóteles: La epopeya de
Gilgamesh y la definición de los límites humanos.
[7] Para
un mayor y completo análisis y su relación con nuestra Tesis sobre esta frase
del Filósofo español necesitaremos más tiempo y estudio, pues ella misma
envuelve un denso y complejo pensamiento.
[8] LUCAS. Capitulo XIII la Intersubjetividad. La
apertura hacia el otro. pg 241
[9] Además de
vemos tomar el cuenta al geografía con inseparable de la historia de un pueblo,
en este caso el pueblo sumerio donde los ríos Tigris y Éufrates representan la
vida y la civilización y el desierto lo salvaje y la barbarie.
[10] POEMA
DE GILGAMESH: UN VIAJE FALLIDO A LA INMORTALIDAD
Federico Lara Peinado pg 1.